jueves, 27 de septiembre de 2007

El Reino de Dios

Queridos amigos:
Después de recibir el bautismo y sufrir las tentaciones Jesús comienza a predicar, "se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios; convertíos y creed la Buena Noticia", así escribe Marcos 1, 4 y en esta frase se encuentra el contenido fundamental del mensaje de Jesús. Mt 4, 23 afirma que "Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y las dolencias de los pueblos". Por tanto ambos definen el anunció de Jesús como evangelio.
El término evangelio se suele traducir como "Buena Noticia", c0n ello pierde toda la fuerza, pues no es sólo una buena noticia. Evangelio pertenece al lenguaje de los emperadores romanos. Ellos se consideraban los señores del mundo y por tanto los salvadores. Por eso las proclamas de los emperadores, fuesen buenas noticias o no lo fuesen, se llamaban evangelios, en cuanto procedían de alguién que tenía el poder de transformar el mundo hacia el bien, mejorar la sociedad, beneficiar al pueblo. Frente a los emperadores que se arrogaban el poder de ser dioses y salvadores, no siendo así, Jesús se presenta ante el mundo con un mensaje que no es sólo palabrería sino que tiene autoridad y fuerza eficaz para penetrar el mundo y salvarlo. Por tanto una misma palabra aplicada a los falsos dioses, los emperadores y al único y verdadero Dios, Jesucristo.
Pero, ¿cuál es el contenido del evangelio?, es "El Reino de Dios está cerca" y ello exige la conversión, el cambio de mentalidad, más que de vida. El Papa se detiene en la estadística, es decir, el número de veces que aparece este término. Son 122 veces, 99 en los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) y de ellas 90 en boca de Jesús, frente a Juan y otros escritos del Nuevo Testamento que prácticamente lo marginan. Por tanto es un término propio de tres evangelios, para quienes tiene una gran importancia a tenor de las veces que Jesús lo emplea.
Y aquí alude a la disputa entre el Cristo histórico y el Cristo de la fe. Ésta tiene sobretodo su origen en Bultman, el teólogo protestante alemán (1884-1876) quien llega a negar la existencia del Jesús histórico tal como lo encontramos en los evangelios, para él Jesús no fue más que un maestro o rabino judío, interesándose solamente por el Cristo de la fe, figura que surge después de la Pascua y en el que Pablo tiene una gran importancia. Lógicamente Joseph Ratzinger rechaza esta tesis, al igual que la afirmación del teólogo católico modernista, es decir, una tendencia no aceptada por la Iglesia, quien afirmó: "Jesucristo anunció el Reino de Diosy ha venido la Iglesia".
Seguidamente nos presenta la interpretación que a lo largo de la historia se ha dado a este término, esencial en los sinópticos.
De este modo los Santos Padres, los primeros escritores cristianos, hombres sabios patrimonio de protestantes, católicos y ortodoxos, nos ofrecen tres perspectivas o dimensiones del Reino de Dios.La dimensión cristológica. Ésta es propuesta por uno de los más grandes sabios cristianos, Orígenes. Para él, el Reino de Dios es Jesús, por tanto no es una ocasa o un espacio de dominio. Es Dios presenten en medio de los hombres. Esta visión es llamada cristología encubierta. La segunda dimensión es la que el Papa define como idealista o mística. Esto es muy sencillo. El Reino de Dios está en el interior del hombre. Así Orígenes en el tratado Sobre la Oración, escribe: "Quien pide en la oración la llegada del Reino de Dios, ora sin duda por el Reino de Dios que lleva en sí mismo, y ora para que ese reino dé fruto y llegue a su plenitud". Así pues el Reino de Dios no se encuentra en ningún mapa sino en nosotros mismos, donde crece y actúa. Y finalmente la tercera dimensión, la eclesiástica, propia de la teología católica moderna de los siglos XIX y XX, que identifica la Iglesia con el Reino de Dios en la tierra.
En la teología protestante encontramos al representante de la teología liberal de comienzos del s.XX, Adolf von Harnack, para quien el mensaje de Jesús sobre el Reino dde Dios supone una doble revolución frente al judaísmo de la época. Esto lleva a dos contrastes, Jesús afirma la persona individual como fundamento de su doctrina, frente a la colectividad y Jesús opta por orientar su mensaje a lo moral frente al culto, a la vida frente a la sinagoga y el templo. Éstas dos tesis fueron también adoptados por la exegesis o interpretación de la Biblia, católica. El origen de esta interpretación en Harnack se encuentra en la contrapaosicón entre las tres grandes formas de cristianismo, la católico-romana, la greco-eslava y la germano-protestanto. Para él los protestantes habrían devuelto al mensaje de Cristo toda su pureza. Sin embargo no es cierto, pues para la comunidad es el lugar donde se alcanza la salvación, el protestante no se salva por sí mismo sino en la medida se encuentra dentro de su iglesia. Y hemos de recordar que Lutero considera la gracia, es decir, la gratuidad del amor de Dios al margen de neustras obras como medio de salvación.
Otra interpretación es la escatológica de Johannes Weis y Albert Schweitzer, para quienes el Reino de Dios se debe entender en sentido estrictamente escatológico, es decir, como una realidad que vendrá al final de los tiempos.
Y finalmente se encuentra la interpretación secularista, que busca construir un mundo donde reine la paz aún a costa de sacrificar a la religión y al mismo Dios. Así se pasa del eclesiocentrismo, es decir, la Iglesia es el centro de todo, idea dominante antes del Concilio Vaticano II (1962-1965), al Cristocentrismo, Cristo lo es todo, pero que tiene el problema de que nos separa de los no cristianos, al teocentrismo o centrarnos en Dios, con el fin de buscar puntos de unión con las otras religiones, si bien, el problema es que el mismo Dios puede ser un factor de división entre las religiones y entre los hombres. Esto es evidente, pues la imagen que tenemos de Dios los cristianos es muy distinta a la de los musulmanes, hinduístas o animistas (tribus de África). Y por eso, abandonándose el teocentrismo, se pasa al reinocentrismo. Es decir, todo nuestro objetivo es lograr el Reino de Dios en la tierra, un mundo basado en tres aspiraciones, la paz, la justicia y la salvaguarda de la creación. Todas las religiones han de centrar sus esfuerzos en colaborar a su llegada. Para Joseph Ratzinger "si se analiza con detenimiento el razonamiento en su conjutno, se manifiesta como una serie de habladurías utópicas, carentes de contenido real", pues Dios ha desaparecido y quien actúa es el hombre, de nuevo la tercera tentación surge.
Luego, ¿qué es el Reino de Dios? Es Dios que trasciende nuestro mundo, pero a la vez es lo íntimo a él, es la soberación de Dios en el mundo. En una palabra, Jesús anuncia a Dios, que Dios existe y actúa ahora. Por eso más que Reino de Dios sería mejor hablar de "ser soberano de Dios o del reinado de Dios".
Buscando en la Biblia encontramos los salmos de entronización (47, 93, 96, 97, 98 y 99) donde proclaman la soberanía de Dios en sentido cósmico-universal que lleva al israelita a la adoración. A partir del s.VI comienza a surgir la esperanza en el futuro y en el s.II Daniel nos lo ofrece como presente en la figura del Hijo del Hombre. Así en tiempos de Jesús encontramos la soberanía de Dios en el culto del templo de Jerusalén, la liturgia de lasinagoga, los escritos rabínicos (sabios judíos que estudian la Biblia) y Qumram (comunidad a modo de monjes que vivían en el desierto).
Para el judío devoto que reza diariamente el Shemá (Dt 6, 4) esto representa acpetar el señorío de Dios, un señorío que sobrepasa la historia, se halla presente en la liturgia y tiene fuerza para transformar la vida.
Para Jesús el Reino de Dios tiene escasa importancia en la historia, pues es una semilla pequeña, es levadura.
Por tanto nos encontramos ante un término complejo y sólo aceptando todo el contendio podemos acercarnos a su mensaje y dejarnos guiar por él.
También afirma Jesús que "El Reino de Dios está en vosotros" (Lc 17,20). Esta afirmación es interpretada de diversos modos. Para la interpretación idealista, significa que está en el interior de nosotros. Para la interpretació en el sentido de la venida inminente significa que no llega lentamente sino que irrumpe pronto, si bien la primera es insuficiente y la segunda no tiene fundamento. Hoy se considerá que con esta afirmación Jesús quiso decir que Él es el Reino de Dios que está en nosotros. .
Así Dios entra en la historia aquí y ahora de un modo totalmente nuevo, por eso ahora es tiempo de conversión y arrepentimiento y tiempo de júbilo por la presencia de Dios. Pero este Reino no es como los reinos del mundo, sino que llega de un modo divino, sin poder terrenal, a través del amor que llega hasta la cruz.
Y permiteme un poco de cosecha propia. Aquí nos encontramos por tanto en una interpretación tremendamente humana del Reino de Dios. Es decir, los cristianos desgraciadamente en la historia hemos querido interpretar el Reino de Dios como violencia. Por razones justas, como es la defensa de las personas o el pretender crear un mundo mejor, hemos convertido el Reino de Dios en una realidad política. Recordemos los imperios cristianos, el mismo papado entendido como Estados Pontificios con su propio ejército, el uso de la violencia para reprimir a los herejes o más recientemente la Guerra Civil Española o la teología de la liberación entendida como lucha violenta contra los dictadores y oligarquías. Sin embargo, a mi entender, no es por ahí por donde va Cristo, su reino nunca se implanta con el uso de la violencia. Ni Constantino ni Teodosio fueron buenos aliados del Reino de Dios. Esto es difícil de entender, pero es la lógica de Cristo, quien nunca aceptó cambiar el mundo derribando las estructuras de forma violenta, sino muriendo a manos de los violentos. De nuevo Jesús de Nazaret o Jesús Barrabás, el mártir o el caudillo.
Y siguiendo con el texto Benedicto XVI nos comenta la parábola del Fariseo y Publicano (Lc 18, 9-14), en ella relaciona el ethos y la gracia, es decir, las dos tendencias que siempre han estado presentes en el cristianismo, pelagianismo o agustiniamismo, jesuitas frente a protestantes. Lo importante es ser buen cristiano, la consabida respuesta del catecismo, Dios premia a los buenos y castiga a los malos, la salvación depende de las obras, estamos llamados a ser santos por una parte y por otra lo importante es dejarme amar, quien me salva no son mis obras sino Dios, estamos llamados a que Dios nos haga santos. El Papa de forma magistral nos ofrece un camino lleno de luz. Veamos: el fariseo representa al ethos, la ética, el hombre moral, recto en su forma de vida, pero que no mira a Dios sino que se mira a sí mismo, no necesita a Dios. Si nos fijamos representa a esas personas que con muy buena intención se han pasado toda la vida viviendo los diez mandamientos, tratando de ser rectos, renunciando a todo porque la Iglesia lo mandaba, iendo a misa, sacrificándose. Y esperan una recompensa. A veces les brota esta afirmación, "con lo he hecho por Dios y si al final la vecina que pasa de ir a misa va al mismo sitio, pues...". Frente al fariseo se encuentra el publicano. Él mira a Dios, entra en relación con Él, ha puesto su mirada en Dios y se abre a sí mismo, sabiendo que tiene necesidad de Dios y de vivir de su bondad. Al encontrarse sinceramente con Dios aprende de la misericordia de Dios a ser misericordioso. Aquí está el nucleo del cristianismo y una fuente de luz de cara a la pastoral con jóvenes.
Para nuestros jóvenes la Iglesia predica lo que está prohibido y cristiano es el que va a misa y no hace determinadas cosas, la mayoría relacionadas con el terreno de la sexualidad. ¿Por qué? Porque es lo que les enseñamos. Y claro se nos van. Tendríamos que empezar por enseñarles algo más difícil que el código de circulación de la vida. Algo que nos va a costar más porque toca su corazón y les implica toda su vida pero que si logramos lo aprendan y experimenten tendrán toda la moral cristiana sabida. Esto es la relación de amor con Dios. Sólo cuando el ser humano se siente amado por Dios, lo vive como realidad viva en su interior vive la ética. De lo contrario, como nuestros buenos abuelos y abuelas, la religión es una pesada carga que por miedo a la condenación han tenido que soportar, perdiendo lo mejor de su vida. Y no es así, la moral nace de la experiencia de Dios. Si Dios es bueno conmigo ¿cómo no voy a serlo yo con los demás?
Pues aquí termino esta reflexión.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

los juniors comenzamos

Pues sí. Ya hemos comenzado con mucha ilusión y esperanza. Primero fueron los monitores, después la reunión en Bocairent, le siguió la reunión con los premonitores. No cabíamos en el salón pequeño. 20 muchachos y muchachas dispuestos a serlo. Ojalá cuajéis y podáis ser un buen grupo de monitores que anime el centro. Y el sábado nos visitó Carlos Chova, el Presidente Diocesano y tuvimos en Montaverner la reunión del Consejo de Vicaría.
Pues sí. Somos un centro pequeño de un pueblo pequeño, pero pitamos en diocesana, gracias a Cecilio y a los monitores. Montavener suena y uno se siente satisfecho de haber puesto su granito de arena, al estar cerca de ellos, acompañarles en todo, ayudarles y ahora, gracias a José Antonio Varela, el vicario episcopal, Vicent Pla, el antiguo consiliario junior y mis compañeros consiliarios y como no, el ánimo y apoyo de mis monitores, ellos tienen a su consiliario como consiliario de zona.
Y perdonad la vanidad, pero me siento orgulloso y realmente Montaverner es diferente, es más grande que el número de habitantes, 1800.
Nada seguiré comentando cosas.

Ribarroja con fervor

Pues sí, Ribarroja con fervor, cantan y quien te escribe regresó a su antiguo pueblo.
Muchas son las sensaciones que experimentas. Es volver a tu pueblo, porque cada pueblo donde uno sirve como sacerdote siempre es su pueblo. Mi pueblo es Montaverner, Alfarrasí y Benissuera y es Riba-roja del Turia. A cada uno los amo con locura y el amor es así, lo contrario se llaman los celos. Quien no sea capaz de comprender que se puede amar a todos con un amor intenso, es que no tiene corazón o su corazón es pequeño.
Se que estando en otro pueblo cuesta hablar del anterior, parece como si no amases donde estás y añorases el pasado. No es así. Recuerdo la tarde en la que esperaba el nombramiento. Leía un libro sobre la vida de Van Thuan, el obispo vietnamita. Una frase pareció venir directamente de Dios. "Somos sacerdotes y vamos donde la Iglesia nos envía". Esa es la verdad del sacerdote. Aunque como Cristo sea con lágrimas, aceptamos gozosos esa cruz. Y sabemos que lo contrario lo que provoca es un daño en nosotros y en las parroquias. ¡Cuántas parroquias sufren a unos párrocos que no quieren dejar la parroquia y no son obedientes a sus obispos! y ¡Cuántos párrocos podrían haber dado mucho más si hubiesen aceptado el cambio!
Todo cambio cuesta, muchísimo, pero es bueno para la parroquia y para uno mismo. Ellos necesitan descansar de uno, cambiar de director, encontrarse con una persona nueva que traiga nuevos proyectos, nuevas perspectivas, nuevos planteamientos pastorales, nueva y diferente vivencia del evangelio. Los que te quieren para que no acaben siendo copias tuyas. Los que no te quieren, que siempre los hay, para que tengan la ocasión de volver a la parroquia o para que puedan tener sus años de protagonismo o sentirse más agusto en la Iglesia. Es bueno para todos. Y lo es para el sacerdote.
A mí te confieso que me costó horrores. Estaba ya conformado a tener que sufrir, pero a cambio tenía a una gente que me quería y era feliz en mi instituto. Allí tenía mi capilla, mi despacho con internet, mis alumnos y mis compañeros, ¡como os hecho de menos!, sin olvidar al bueno del conserje, Jose Manuel y las charraetas y a Salvador Silvestre, mi buen jefe que me animaba y apoyaba todas mis iniciativas o a Paco Ibañez y Salvador Andrés, los profesores de biología, física,... ¡cuanto aprendía de ellos en las comidas de los lunes, bueno y a Charo y Antonio y "charraetes de després de dinar" y como no, a Paco Benlloch y su saber llevar a los alumnos y el "Caballero de la Triste Figura", que era como le llamó una vez Jesús Quinzá, Paco Enguix, buena persona, trabajador, buen amigo y también a Jesús Quinzá, el primer presidente diocesano de juniors y... Pues sí, han pasado tres años, ellos ahora estarán en clase, peleando con los chiquitos. ¡Son tantos los recuerdos! Y eso es lo bueno de ser sacerdote. Cuando te vas dejas amigos. No pierdes amigos sino que ganas nuevos amigos, como me ha pasado a mí. Aquellos días que fueron desde el 21 de septiembre cuando me llamaron del Arzobispado y el 22 cuando recibí la propuesta hasta el 31 de octubre cuando tomé posesión, fueron duros. Aún recuerdo la cara de mis alumnos cuando les dije que dejaba el colegio ¡! Pero gracias al nuevo nombramiento ahora conozco gente maravillosa, buenos amigos a los que quiero y aprecio, a ti que por aquel entonces no existías en mi vida y ahora formas parte ya de mi historia. ¡Por tí y por ti y por ti y por esos momentos vividos valió la pena el sufrimiento que experimenté aquellos días, renunciar a mi amada Riba-roja del Turia y a mi Institut!
Y bien, pues después de tres años regresé a Riba-roja. Bueno antes ya había vuelto, para recibir un regalo de mis compañeros de l'Institut, para casar a Juanba y Angelita, a la despedida de Salvador Silvestre, a la misa del Cristo 2006 y para casar Oscar y Elena. Y mas recientemente con motivo de las bodas de oro de Pepe y Fina y Rafa y Luisa, los padres del conserje Jose Manuel y los cocineros del campamento.
Ahora de nuevo entraba en el que fue mi pueblo. Era como si el tiempo no hubiese pasado. Es una sensación rara. Cierras los ojos y te imaginas que todo ha sido un sueño. El pueblo sigue ahí. Bueno con el ayuntamiento derrumbado, la plaza levantada,... Y comienzas a saludar a todos, es maravilloso. Entran en la sacristía, te saludan, te preguntan y siempre la respuesta, "estic molt be, pues sí he engordat, aixó es la tranquilitat i l'aigua".
Y así pasó la fiesta del Cristo. La más hermosa de los últimos 24 años. José Ramón, el párroco la presidió y predicó, mientras el vicario por primera vez en 15 años era el maestro de ceremonias. Todo era maravillos. Había Harmonía, Unión, Pau y Amistad junto al Turia y permiteme utilizar para ello el nombre de las cinco fallas. Una maravilla. Todos contentos con su párroco, el vicario dirigiendo, a mí me pidió que trajese el Santísimo de la capilla. Y realicé la acción que tantas veces durante 9 años había hecho, cuando era obligado a concelebrar, porque no tenía misa para mí en la Colonia, unas veces bien, otras con miradas que te revolvían el estómago, pero bien. Tampoco fue tan malo. Volví a la capilla y traje el santísimo mientras el realizador de Popular TV tenía en la pantalla la misa que se emitía para toda Valencia. Bueno, el caso es que no puedo escaparme del pueblo sin que se enteren, en seguida me vieron en Alfarrasí y hasta las monjas de L'Ollería, con gran alegría para ellas y para mí.
Y así la misa. ¡Cuánta alegría! Las palabras que la gente me decía sobre el nuevo párroco y vicario se corroboraban. Disfrute viendo actuar al vicario y sentí un poco de envidia, ¡que hermoso hubiese sido si José Ramón lo hubiesen nombrado párroco de Riba-roja en 1995!
Después los saludos, la comida en Peñasol y por la tarde José Manuel me enseñó el Instituto y las nuevas obras. ¡Qué maravilla! En parte no había cambiado. Allí estaba mi capilla, con su sagrario y mi Inmaculada. ¡Qué belleza! Es la Virgen que más me ha enamorado. Fueron tantas horas allí, celebrando misa a los niños del colegio, confesando, rezando. Horas incluso con los juniors, en el año más bonito en ese sentido, cuando los juniors terminaban la tarde con la misa en la capilla. ¡Como disfruté! Al año siguiente... lo suprimió por "ordeno y mando, que soy el párroco".
Me hubiese quedado toda la vida en esa capilla. Tanta paz, tanto vivido en ella. Mi buen Dios, que bueno que eres que en el desierto siempre me llevaste al Sinaí para encontrarme contigo, sentirte cerca, sentir el fuego de la zarza ardiendo en mi interior, el Sinaí de la capilla de l'Institut, el Centro Asunción de Nuestra Señora, y del campamento de Siete Aguas con su capilla franciscana.
Después entré en la sala de profesores. Allí volvieron los recuerdos. Aquel día, cuando sentado en el sofá esperaba pasasen rápidamente las horas, llegase el día siguiente, las 11.30, que después fueron las 12. Emilio, Emilio, lo mal que lo estaba pasando y te entretuviste con D. Esteban, pero bien, ese sacerdote que estaba allí y que creía no lo volvería a ver, era el párroco de San Onofre de Quart nombrado párroco de L'Ollería. Imagino que él tampoco lo imaginaba. Un cura joven más esperando el nombramiento, sentado allí, esperando, esperando, que largo se hace....
Pero la tarde antes estuve en aquella sala. Allí pasaba la tarde hasta que llegó el día siguiente. Y los siguientes. Los compañeros no lo sabían. Yo sabiéndolo ya pasaba los días grabando en el ordenador todo el material y organizándolo. Pronto aquello se terminaría. Y todo ello en aquella sala que se encontraba igual que antes. Con su mesa llena de libros y carpetas y sus ordenadores. Bueno, ahora había además un escanner. Después visité mi antiguo despacho. Tantas horas allí, por fin un despacho para mí. Y ya subimos a ver toda la parte nueva. ¡Cómo ha cambiado! Aulas y más aulas, salas de nuevas tecnologías, un salón de actos totalmente nuevo, una maravilla. Pero aquello ya no era mi instituto. El mío quedó helado aquel octubre de 2004.
Y así pasé el día, la lluvia impidió me quedase a la procesión. Y termino.
Seguiré contando.

fiestas de Benissuera

Queridos amigos:
Pues sí, seguimos y la verdad es que echando una mirada hacia atrás, no está mal todo lo vivido. Primero fueron en septiembre las fiestas de Benissuera. Es éste un pueblo pequeño como tantos de esta comarca, pues apenas ronda los 200 habitantes y con la amenaza de un PAI que absorba a sus buenas gentes y borre la ribera del Albaida, con sus viñas, río serpenteando, a la sombra del Benicadell y bajo la mirada del Montcabrer.
Las fiestas de Benissuera son siempre el segundo domingo de septiembre. Este año comenzaron antes con las paellas, a las que no pude asistir, pues confieso que después de un mes de fiestas, estaba cansado. Si asistí a la cena del viernes. Es algo singular. El ayuntamiento coloca sillas y mesas en la plaza, junto al palacio en ruinas. Y allí se junta todo el pueblo a cenar. Además de los invitados. Fue un rato grato, charlando con Santiago y Belén, el esposo y la alcaldesa de mi otro pueblo, Montaverner. Pero tuve que abandonar la cena para asistir a la reunió de los juniors. Al día siguiente el arcipreste Emilio predicó en la misa de la Virgen de la Medalla Milagrosa y por la tarde hubo procesión. El domingo fue el Cristo del Amparo, con su misa y procesión y eso sí, un gran castillo. Ya os digo, unas fiestas sencillas y familiares, donde el pueblo se llena de quienes un día partieron de él y por amor se establecieron en los pueblos vecinos, de quienes tienen sus raíces aquí, pues la comarca es un gran pueblo, donde todos se conocen y todos tienen familia en diferentes pueblos. Es así, la Valle de Albaida tiene personalidad e identidad. Al ser pueblos pequeños los jóvenes tenían que buscar la pareja en otros lugares. Sólo hay que preguntar por los abuelos, a veces los cuatro son de diferentes lugares, que si de Montaverner, Alfarrasí, Benissuera, Beniganim, Sempere, Guadasequies, L'Ollería, Aielo, Albaida, Palomar,... Es la ventaja de ser pequeños, uno tiene que salir. Eso sí cada uno mantiene su identidad, el que vive en Montaverner que no le digan que es de Alfarrasí, que se enfada, aunque la madre lo sea y la abuela paterna también.
Pues bien, las fiestas concluyeron con unos sainetes interpretados por el grupo de teatro de Guadasequies. Una maravilla. Con Carmen, la alcaldesa de los artistas y Vicente, el alcalde de Benissuera presentes.
Pero yo no terminé las fiestas. Me quedaban unas, las de mi Cristo de los Afligidos, el Cristo que conocí y al que amé durante 9 años.... Para no cansarte, en el otro post.
dos amigos:
El Papa comienza uniendo el bautismo con las tentaciones. Así se detiene en el primero, donde Jesús recibe el Espíritu Santo, enviándolo al desierto. El desierto y el bautismo van precedidos por un momento de recogimiento, es decir, de lucha. Esta lucha que aparece antes del bautismo aparecerá también en las tentaciones. Es la lucha de quien entra en el drama de la existencia humana, del que ha hecho de su vida un “descenso a los infiernos”, es decir, un sufrir la existencia del ser humano hasta el fondo para así transformarla, sumergiéndose en la profundidad de la vida para así recoger a la oveja perdida. De esta forma la vida de Jesús está marcada por tres momentos donde la lucha interior se hace más intensa: el bautismo, las tentaciones y Getsemaní.
Marcos presenta en el desierto a las fieras y los ángeles, sirviéndoles. Es decir, Jesús es el nuevo Adán que a diferencia de éste, enfrentado con ambos después de la caída le sirven. En el hombre Jesús el ser humano ha regresado al paraíso, reconciliado con Dios, se instaura la paz profetizada por Isaías 11, 6, donde el lobo y el cordero convivirán pacíficamente. Es esta una idea importante, pues en la medida el ser humano se reconcilia con Dios se reconcilia con la creación. Joseph Ratzinger nos ofrece como contraste los monasterios benedictinos y Chernobil, ilustrando de esta forma el texto bíblico. En los monasterios hay paz y armonía, mientras la central nuclear construida por una sociedad sin Dios acaba convirtiéndose en contra del ser humano con el desastre de todos conocidos.
También Mateo y Lucas nos ofrecen esta lucha interior, lucha que se encuentra en todo ser humano y consiste en la tentación de considerar verdadero lo material y experimentable e ilusorio Dios, abandonándolo. Es el buscar construir la propia vida en lo que vemos, tratar de mejorar en mundo sin Dios, pues este nunca es una evidencia, queremos hechos y Dios supera los hechos.
Los evangelistas afirman que el periodo de Jesús en el desierto fueron cuarenta días. Éste es un número cargado de simbolismo, pues 40 fueron los años del pueblo de Israel en el desierto, 40 los días que permaneció Moisés en el Sinaí antes de recibir las Tablas de la Ley, según la literatura rabínica, es decir, judía, 40 fueron los días que pasó Abraham caminando con su hijo hacia el monte Horeb, ayunando y alimentándose con tan solo la mirada y la palabra del Ángel que les acompañaba y según los Santos Padres, es decir, los escritores cristianos de los primeros siglos, teólogos y sabios que buscaron traducir la fe cristiana de mentalidad judía al pensamiento griego y romano, 4 representa al mundo, pensemos en los 4 puntos cardinales o las 4 dimensiones, y 10 son los mandamientos, por tanto estos 40 días representa la historia del mundo, con sus fidelidades e infidelidades.
Pero pasemos a las tentaciones propiamente. En la primera el diablo pide a Jesús que transforme las piedras en panes. Es decir, exige una prueba de que es el Hijo de Dios y para ello recurre al hambre de la humanidad. Es éste el drama más trágico, pues se opone a la fe en el Dios bueno. “El grito de los hambrientos nos interpela y debe calar muy hondo en los oídos y en el alma”, es el grito que clama, el dolor de tantos hombres y mujeres que en nuestro siglo y siempre han sufrido el hambre. Jesús responde al diablo, pero su respuesta aparecerá también más tarde, en la multiplicación de los panes. Allí si alimenta al pueblo. ¿Por qué? Porque allí se encuentra, a diferencia del desierto, en un grupo de personas que buscan a Dios, abren su corazón a Dios y a los demás, desean cambiar de vida y están dispuestos a compartir. Ante ellos multiplica los panes. Así en la multiplicación encontramos como el deseo de escuchar a Dios y vivir con Dios lleva al amor y descubrimiento del otro. En la última cena Jesús también nos ofrecerá el pan, si nos fijamos transformará el pan en pan de vida que sacia el hambre del ser humano. Jesús no se niega a transformar las piedras en pan, a alimentar a las personas siempre que sean capaces de aceptar la jerarquía de valores, en la cual Dios está en el vértice, es el primero.
Ante la pregunta que todos nos hacemos, ¿por qué Dios no es evidente? Benedicto XVI nos ofrece la respuesta: “Éste es el misterio de Dios y del hombre que no podemos penetrar. Vivimos en este mundo, en el que Dios no tiene la evidencia de lo palpable, y sólo se le puede buscar y encontrar con el impulso del corazón, a través del éxodo de Egipto. En este mundo hemos de oponernos a las ilusiones de las falsas filosofías y reconocer que no sólo vivimosde pan, sino ante todo de la obediencia a la palabra de Dios. Y sólo donde se vive esta obediencia nacen y crecen esos sentimientos que permiten proporcionar también pan para todos”.
Queridos amigos creo que deja bien claro que ante la pregunta sobre el porqué Dios permite el mal en el mundo o el hambre, sólo hay una respuesta, la del hombre creyente que descubre en él el verdadero alimento y desde la experiencia de fe se entrega a llenar las cestas vacías de pan y a compartirlo con los demás. Aquellos que hacen esa pregunta desde la lucha contra Dios, como el diablo, nunca tendrán la respuesta por parte del Creador.
Pero sigamos. En la segunda tentación el diablo se nos presenta como un experto en la Biblia. Y es que para conocer la Biblia o la teología no es necesario tener fe, bueno, quiero decir, para conocer científicamente. Porque para conocer en el sentido bíblico de la palabra, es decir, el conocer cuya comparación más aproximada es el conocerse entre el hombre y la mujer en la relación de intimidad, es necesaria la fe. Como en la propia vida. El hombre nunca conocerá a la mujer sino la ama, podrá leer libros y ser un especialista en el conocimiento del cuerpo de la mujer, a nivel médico o científico, en la psicología femenina. Pero está claro que sólo quien tiene experiencia de amor con una mujer conoce realmente a la mujer, aunque evidentemente no tenga nociones de ginecología o de psicología. Y esto es cosecha propia, no de Benedicto XVI. Lo mismo ocurre con la Biblia. Uno puede ser un gran experto en la exégesis o ciencia que estudia la Biblia, pero nunca, sino tiene fe y la lee desde la fe de la Iglesia, llegará a conocer la ciencia que de ella emana. En cierta forma la Biblia es una mujer que seduce y apasiona, con sus grandezas y miserias, como los hombres, claro. Y bien, Ratzinger se opone a la interpretación científica de la Biblia, la que niega el actuar de Dios en la historia y reduce la Biblia a una historia subjetiva de los hombres, considerándola como un libro que habla de nosotros, pero no de Dios. Ante la arrogancia de quienes pretenden convertir a Dios en un objeto, colocándose por encima de Dios y no a su servicio, Jesús responde con la cita del libro del Deuteronomio, Dt 6,16. Es en el desierto donde Israel, sometido a la sed, tienta a Moisés (Ex 17, 7), de ahí la respuesta de Dios, “no tentarás al Señor tu Dios”. Sin embargo también Jesús se lanzará al abismo. El pináculo del templo evoca otro monte, el Monte Gólgota, a pocos metros. Allí, en la cruz, recuerda el Papa, Cristo da ese “salto de amor de Dios por los hombres”. Si te fijas, es interesante la comparación y la ilumina muchísimo. El diablo quiere una exhibición. Cristo se niega, no quiere hacer un espectáculo para este espectador. No es a eso a lo que ha venido. Pero si lo realiza ante el Padre. El Padre le pide en la cruz que de el salto hacia el abismo de la muerte y Él acepta, confiando totalmente en la promesa de Dios. Se lanza al abismo, como si del pináculo fuese, desciende hasta el infierno. En la cruz muere, es decir, cae en ese abismo que representa la muerte, el desvanecerse en el no ser, en las sombras, en la profundidad más profunda de las profundidades. Y Dios, el Domingo de Pascua envía a sus ángeles para su pie no tropiece y lo levanta. El salmo 91 que cita el diablo se hace realidad en la muerte y resurrección de Jesús, lo que los cristianos llamamos Misterio Pascual y que abarca el Triduo Pascual del Viernes-Sábado Santo y Domingo de Pascua. Y he aquí una enseñanza para nosotros. Quizás nunca nos hayamos percatado, pero en esta tentación, a la luz del Misterio Pascual, está nuestro camino de fe. En palabras de Joseph Ratzinger: “quien sigue la voluntad de Dios sabe que en todos los horrores que le ocurran nunca perderá una última protección. Sabe que el fundamento del mundo es el amor y que, por ello, incluso cuando ningún hombre pueda o quiera ayudarle, él puede seguir adelante poniendo su confianza en Aquel que le ama. Pero esta confianza a la que la Escritura nos autoriza y a la que nos invita el Señor, el Resucitado, es algo completamente diverso del desafío aventurero de quien quiere convertir a Dios en nuestro siervo”.
Y finalmente la última tentación, la más peligrosa, la tentación del poder. El Papa afirma haberse cumplido al final, en Mt 28,16 cuando Cristo afirma haber recibido pleno poder del cielo y de la tierra. Es decir, su poder viene de Dios y está sometido a la ley de Dios y previamente ha recibirlo ha tenido que pasar por la cruz, someterse totalmente a Dios, fiarse totalmente de Él. Aquí en el desierto nos encontramos con la tentación de asegurar la fe a través del poder. Y si te fijas aquí se resume la historia de la Iglesia y el gran problema que ha tenido la Iglesia cuando ha querido aliarse con el poder. En toda época histórica la Iglesia tiene que luchar por su libertad, esto significa no estar sometida al poder que le ofrece seguridad y tierras. Realmente si se sacan las consecuencias de estas líneas llegamos a afirmaciones muy fuertes y a una advertencia bien clara en estos tiempos. Nos quejamos que somos perseguidos, pero la alternativa ¿es mejor? El Papa y perdóname si a lo mejor llego a unas conclusiones que el Papa no llega, nos advierte de que la solución no está en aliarse o apoyar a determinado partido político, ofreciéndole determinada emisora católica, que nos ofrece seguridad, tierra, a cambio de que nos postremos ante él. ¿No nos suena a algo pasado? ¿No es éste el peligro? Por evitar interpretaciones personales, cito literalmente al Papa: “En el curso de los siglos, bajo distintas formas,ha existido esta tentación de asegurar la fe a través del poder, y la fe ha corrido siempre el riesgo de ser sofocada precisamente por el abrazo del poder. La lucha por la libertad de la Iglesia, la lucha para que el reino de Jesús no pueda ser identificado con ninguna estructura política, hay que librarla en todos los siglos. En efecto la fusión entre fe y poder político tiene siempre un precio: la fe se opone al servicio del poder y debe doblegarse a sus criterios”.
Pero el Papa va mas allá, ilumina esta tentación con otra escena de los evangelios: la liberación de Barrabás (Jn 18, 40). Los evangelistas nos presentan este personaje y no es accidental, no es mera casualidad o la excusa para que todos los años el Estado indulte un preso de la cárcel. Su nombre ya es indicativo, “Barrabás era un bandido”. Ya advierte el Papa que esta palabra en su época no representa un hombre que ha matado a alguien, sino mucho más. Con este término se afirma que era un destacado combatiente de la resistencia, diríamos si lo situásemos en la Guerra de la Independencia, un afamado guerrillero, un El Empecinado, Agustina de Aragón o por echar agua al propio molino, un “Palleter” o si nos remontamos más hacia atrás en la historia, sería un D. Pelayo que se levanta en armas contra el invasor, pero en el caso de nuestro personaje, derrotado. Su nombre también es significativo, “Bar-Abbas”, es decir, hijo (“bar”) del padre (“Abbas”). Es significativo que el último gran héroe de la última gran guerra mesiánica, de 132, se llamase “Bar-Kokeba”, hijo de la estrella. Por tanto nos encontramos ante un personaje en el que se mezcla lo religioso y lo político, una especie de caudillo que quiere liberar al pueblo de Israel del poder pagano con las armas, un poder que humilla y persigue al Pueblo de Dios. El mismo Orígenes, escritor cristiano del s.III afirma que en los manuscritos de su tiempo aparecía en los evangelios como “Jesús Barrabás”, Jesús hijo del Padre. Por tanto en esta escena nos encontramos con Jesús y su doble, el guerrillero que ha provocado un levantamiento nacional contra Roma y Jesús. El pueblo tiene que decidir entre “un Mesías que acaudilla una lucha, que promete libertad y su propio reino, y este misterioso Jesús que anuncia la negación de sí mismo como camino hacia la vida. ¿Cabe sorprenderse de que las masas prefirieran a Barrabás?”.
No está mal, ¿un caudillo o un mártir?, ¿qué preferimos?, ¿quién para nosotros hizo más por la Iglesia los mártires y quienes se levantaron en defensa de la religión? A nivel humano está claro, por eso las masas eligieron a Barrabás, como, seamos sinceros, haríamos nosotros, pero ¿cuál fue la opción de Jesús?, ¿Dios por quién se inclinó por el que murió sin derramar sangre ajena o por quien vivió derramando sangre ajena?
Ratzinger nos propone las siguientes preguntas: “Si nosotros tuviéramos que elegir, ¿tendría alguna oportunidad Jesús de Nazaret, el Hijo de María, el Hijo del Padre? ¿Conocemos a Jesús realmente? ¿Lo comprendemos? ¿No debemos tal vez esforzarnos por conocerlo de un modo renovado tanto ayer como hoy?
Y sigue, “el tentador no es tan burdo como para proponernos directamente adorar al diablo. Sólo nos propone decidirnos por lo racional, preferir un mundo planificado y organizado, en el que Dios pueda ocupar un lugar, pero como asunto privado, sin interferir en nuestros propósitos esenciales”.
Así la tercera tentación es la tentación fundamental, pues se refiere a lo que debe hacer un salvador del mundo. Y ésta pregunta marcará los momentos decisivos de Jesús, es la pregunta sobre la que se decidirá la cruz. Porque la cruz se opone a Pedro, se opone al imperio cristiano, al papado mundano, a la interpretación del cristianismo como una receta para el progreso. Muchas veces nos esforzamos en defender a Jesús como Mesías intentando mostrar que Él ha traído la paz, que el mundo está mejor que antes y enseguida quienes nos persiguen nos muestran lo contrario, recordándonos la inquisición, la Edad Media, las guerras de religión, el colonialismo,... Y es que nosotros no creemos en Jesús como Mesías porque haya traído la edad de oro a la humanidad. Pero, “ningún reino de este mundo es el Reino de Dios, ninguno asegura la salvación de la humanidad en absoluto. El reino humano permanece humano, y el que afirme que puede edificar el mundo según el engaño de Satanás, hace caer el mundo en sus manos”. He aquí una gran verdad, ni el comunismo ni el nacionalcatolicismo, por poner dos ejemplos completamente opuestos, salvaron a la humanidad. Y el Papa sigue preguntándose, “¿Qué ha traído Jesús realmente, sino ha traído la paz al mundo, el bienestar para todos, un mundo mejor?, ¿qué ha traído? La respuesta es muy sencilla: a Dios. Ha traído a Dios. Aquel Dios cuyo rostro se había revelado primero poco a poco, desde Abraham hasta la literatura sapiencial, pasando por Moisés y los Profetas; el Dios que sólo había mostrado su rostro en Israel y que, si bien entre muchas sombras, había sido honrado en el mundo de los pueblos”.
Pues sí, gracias a Jesús cnocemos su rostro, silencioso y duradero, el Dios que en la cruz se encuentra en la agonía y a la vez nos salva, el Dios cuyo reino a diferencia de los reinos mundanos que se derrumban, nunca desaparecerá. Esa es la aportación de Cristo, sencillamente, nos ofrece a Dios, el auténtico bien de la humanidad.Y así concluye este capítulo. En él si te fijas nos ha ofrecido las tentaciones que todos tenemos, la de un Dios que resuelva los problemas de la humanidad, ante el cual nosotros como Cristo nos ofrecemos, le ofrecemos nuestra vida y nuestra persona.

lunes, 24 de septiembre de 2007

El bautismo

Y siguiendo el libro de Joseph Ratzinger sobre Jesucristo, se detiene en el bautismo.
Lo primero que destaca Benedicto XVI es la genealogía de Jesús, comparando las dos que nos ofrecen los evangelistas. Mateo tiene como finalidad presentar a Jesús como el heredero de la promesa hecha por Dios a Abraham y a David, por eso divide los antepasados de Jesús en tres grupos de catorce personas, es decir, 3 x 14 generaciones, que culminan en el David definitivo, Jesucristo, el Mesías.
Lucas, por su parte se remonta hasta la creación, pues después del nombre Adán añade "de Dios", de esta manera encontramos una diferencia en la intención de cada evangelista. El médico Lucas quiere mostrarnos a Jesús como el salvador de todos los hombres, mientras el fariseo Mateo nos lo presenta como el mesías de Israel.
A continuación el Papa nos presenta la datación que ofrece Lucas, es decir, "El año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, Herodes virrey de Galilea, su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás". De esta forma deja bien claro que Jesús no es un mito como lo fue Ulises o Prometeo, sino un personaje histórico que al igual que nosotros nació bajo el reinado de unos gobernantes y el pontificado de unos sacerdotes reales. Al mismo tiempo y esta es la tesis que defiende Ratzinger, en el bautismo encontramos la cruz.
Nuestro teólogo se basa en los siguientes datos: si te has detenido un momento en la datación aparecen los personajes que serán protagonistas del juicio y condena de Jesucristo, es decir, ya se anuncia a quienes van a condenarlo a muerte. Por otra parte Jesús responde en Mateo a Juan el Bautista: "esta vien que cumplamos así toda justicia", justicia en el mundo en el que vive Jesús es la respuesta del ser humano a la Torà, la Ley de Dios, es aceptar la voluntad del Padre y esto culminará en la cruz. Jesús al unirse al grupo de los pecadores que siguiendo la enseñanza de Juan, reconocen el pecado y se sumergen en las aguas del Jordán, carga con todo el pecado dle mundo, esto es lo que hará en la cruz. Y después de cargar con ellos se abren los cielos, se escucha la voz del Padre, es decir, se anuncia la resurrección de Jesús, cuando las palabras surgidas del cielo, "Este es mi Hijo amado" se hagan realidad. También el Papa hace referencia a las celebraciones de las iglesias de Oriente, las que se encuentran en Grecia, Turquia, Bulgaria, Rumanía,... separadas de la Iglesia Católica en el Cisma de Oriente. Ellos celebran la Epifanía con unos días en los que los cantos corresponden al Miércoles Santo, el Jueves Santo (4 de enero) y el Viernes y Sábado Santo (5 de Enero), mientras el 6 es la manifestación-bautismo de Jesús.
También el Papa explica la expresión del Cordero de Dios, que alude, según el teólogo protestante Joachim Jeremias al cánto del siervo de Dios, Isaías 53, 7, que como oveja callada es llevada al matadero y borra los pecados del mundo.
Finalmente se detiene en Jesús como el Hijo Amado del Padre.
Y bueno, ¿y qué? Pues no está mal leer el bautismo desde la cruz. Él toda su vida se entrego a Dios, por eso la cruz no es un apartado de su vida, sino la expresión total de una entrega total al Padre por nosotros.
Seguiremos...

viernes, 21 de septiembre de 2007

Jesús y Dios

He comenzado a leer el libro del Papa, Jesús de Nazaret. Y tengo que pedir perdón por caer en el torbellino de las modas. Porque es evidente que este libro uno lo lee llevado por la buena promoción que ha recibido, además de por ser del Papa y tratar de Jesucristo.
Bien, dejando aparte la publicidad realizada, es indudable que Joseph Ratzinger es un buen teólogo, como lo ha demostrado en sus libros y además, no deja de ser el Papa, un hombre llamado a dar luz en medio del mundo.
Por eso permitidme que vaya comentando algunos aspectos del libro, de este modo a mí me ayudará en la formación permanente que es como se llama lo que uno hace después de ordenarse sacerdote y a vosotros seguramente también os hará bien.
El libro se detiene en la introducción en la relación de Jesús con el Padre. Y es que si durante tiempo hemos visto al Padre como el lejano, juez y distante, no es esa la visión que nos ofrece Jesús. No hay contraposición entre uno y el otro, la bondad de Jesús es un reflejo perfecto de la bondad del Padre, la misericordia de Jesús es la misericordia del Padre.
Como bien señala Josep Ratzinger en el orar es donde Jesús descubre al Padre. Toda su vida se puede resumir en una pasión por el Padre. No hay más que leer los evangelios para descubrir esta realidad. Así Jesús no se opone al Padre y los cristianos cada vez que nos encontramos con Jesús en la oración deberiamos ser consciente de esta realidad, pues "quien me ha visto a mí ha visto al Padre", toda oración a Jesús es un mirar a quien está mirando al Padre y a la vez un sentir que el Padre te mira en los ojos de Jesús. Es apasionante imaginar a Jesús rezando con el Padre, sintiendo viva la presencia del Padre en su interior, amándole hasta la locura de pasar por la cruz por cumplir la voluntad del Padre.
Y querido amigo/a realmente los cristianos somos muy afortunados. La imagen de Dios no es la de un ser amorfo como el mar y nosotros el agua del río que camina a fundirse en el mar ni el juez que te marca unas normas, si las cumples al cielo y sino, al infierno. Es la imagen del Padre de la parábola del hijo pródigo, es la de ese ser bueno que nos ama tanto, cuya unico trabajo es amar y por eso no se toma vacaciones ni duerme ni descansa, porque en todos los momentos, en cada instante nos está amando, lleva nuestros nombres tatuados en su corazón.
Párate un instante. En estos momentos, mientras lees, Dios está mirándote con amor, pero locamente enamorado. Si me permites como esa niña adolescente que mira al chico de sus sueños tocar la guitarra o escribir al ordenador, sin que se de cuenta, pero "loquita por él", buscando no perderse un sólo detalle. O esa madre que días después del parto, aliviada ya en los dolores, contempla al niño de sus entañas en la cunita, con admiración y un gran amor. Así Dios te está mirando ahora, nos está mirando, con un amor de adolescente y de madre, con el amor del joven que ve pasar a su amor platónico o el marido que llega a casa o ese anciano que mira con ternura a la que durante cincincuenta años ha sido su mujer y madre de sus hijos y tiembla al pensar que un día se irá, mientras pide al buen Dios irse el primero.
Así es Dios. Y así nos lo enseña Jesús, por eso acercarse a Jesús no es sólo emprender la aventura de descubir al ser humano más maravilloso que ha existido sino sumergirse en la aventura de conocer y amar a Dios, el que fue la razón de su vida, su gran amor.
Bueno, es verdad que él también era Dios, y claro, por eso conoció en profundidad el amor del Padre, porque el Padre y Él son una sola cosa, por el misterio del amor.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Bienvenido

Pues sí, bienvenido.
Por segunda vez abro un blog. El primero es http://groups.msn.com/elblogdejose y ahora éste. Los dos tienen la misma finalidad, si bien en el de msn será sobre todo un album de fotos personales, esas fotos que uno ha ido haciendo a lo largo de su vida y una exposición de trabajos.
Aquí sobre todo incluiré mensajes, escritos tal como el tiempo y el corazón me dicten.
Nada, agradecerte que hayas entrado y espero poder expresar aquí lo que voy viviendo y sintiendo, porque somos corazón.
José.