lunes, 8 de octubre de 2007

la convivencia de Vallada

Y siguiendo el post anterior, dos caras de una misma moneda. Si el fin de semana 29-30 fue triste el fin de semana 6-7 fue alegre. En el fondo es la misma moneda. Quien se implica en la parroquia, quien ama a su gente y los considera de su familia comparte la vida del pueblo, la vida siempre es una sucesión de alegrías y penas, penas y alegrías, las dos forman parte de toda relación de amistad, el compartir la fiesta y el duelo.
La verdad es que cuando llegué descubrí además del buen grupo de monitores un grupo de chicos y chicas, por aquel entoces apenas superaban los 10 años dinámicos y abiertos. Recuerdo muy bien la convivencia de Bocairent, aquel diciembre de 2004, era como si fuese consiliario de ellos toda la vida.
Este grupo ha ido creciendo, ya tienen 14, 16 y 16 años. Y ahora les corresponde ser monitores. Tienen la fortuna de tener muy buenos maestros. Y la verdad es que los han cuidado mucho. Llevan sobre todo dos años formándoles de forma intensa, especialmente el último curso. Con charlas después de los juniors, con un cursillo en el campamento y ahora ya les corresponde comenzar a tirar del carro. Tuvieron también una experiencia muy bonita en el Encuentro de Pascua Arciprestal. Todos se admiraron al ver como ellos dirigían los juegos. Después también formaron el coro junior. Y cuanto les hemos pedido han ido realizando. Son, pues eso, SOR-PREN-DEN-TES.
Y el viernes comenzamos. Lo primero, oración. Los sacerdotes somos así, lo llevamos en el corazón y queramos o no, Cristo es nuestro amor y sabemos que es nuestra misión, anunciar a Cristo, buscar los medios para que Él se encuentre con ellos. Así que exposición del Santísimo y oración. Después una película.
Al día siguiente comenzaron a programar las actividades y era hasta emocionante ver aquella mesa, larga y llena de jóvenes, mostrando madurez y responsabilidad, escuchando a Cecilio y a Alex, programando el curso, sábado, tras sábado. Comimos, acompañados de Ángel, un buen sacerdote compañero mío del Seminario que tiene la virtud de ganarse a la gente de los pueblos donde le envían con su bondad. Porque al final del sacerdote lo que se pide es eso, que sea bueno. Fue hoy precisamente cuando murió D. Vicent, mi vicario de L'Alcudia. D. Vicent era un hombre que sólo confesaba, atendía el despacho parroquial, celebraba misa, visitaba los enfermos, ah y se iba al campamento con los juniors. Aparentemente no era un gran activista, pero D. Vicent se ganó el pueblo y después de muchos años es el único sacerdote al que se le ha dedicado una calle, por parte del Ayuntamiento del PSOE y todos contentos de que tenga una calle. Sólo había que ver la gente que fue al entierro y eso que él era de Guadassuar, el pueblo con el que tradicionalmente ha habido rivalidad, pero D. Vicent se ganó el corazón de todos por ser una persona buena, abierta, servicial.
Y bien pues después de comer yo me fui, ellos siguieron, fueron a misa, regresé, cenamos y ya volví a Montaverner, para regresar el domingo a llevar a Alex, Cristina, María y Lara, servicio de taxi que a mí, por cierto, siempre me ha encantado y sino que se lo digan a Jose Manuel el conserje y los chiquitos del futbol escolar de l'Institut, fueron los primeros que subieron en el coche recién obtenido el carnet.
Y lo más importante, soy feliz y me siento afortunado de contar en Montaverner con ese buen grupo de jóvenes. Un pueblo de 1800 habitantes y tiene 21 monitores o mas, no está mal
¿Y Alfarrasí? También estoy en ello, espero que ellas tomen las riendas de un centro que se ha querado, tristemente, sin monitores.
Nada os dejo, mañana espero hablaros del 9 d'Octubre.

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