Amigo oyente:
Es invierno y la noche cae rápidamente sobre la ciudad de Valencia, acompañada por la escarcha y el frío. Nosotros nos refugiamos al amparo de nuestro hogar, la estufa, el aire acondicionado o el fuego de la chimenea. ¡Qué frío está haciendo estas noches! Mientras los transeuntes tratan de buscar un lugar donde protegerse del temido invierno. Son los sintechos, un colectivo integrado por mendigos, borrachos y toxicómanos, los indigentes que llaman a la puerta de nuestra casa o nos asaltan por las calles pidiéndonos una ayudita.
Y en este ambiente un buen hombre trata de ayudarles, se llama el hermano Bonet y vive en pleno centro de Valencia, si bien allí pasa pocas hors. El hermano Bonet se dedica a hacer el bien, sencillamente, a ayudar a los demás, desde que hace quince años abandonara la portería de la casa de su orden religiosa, los jesuitas, para dedicarse a los pobres. Es un hombre delgado y activo, sin coche y con la ayuda de buenas personas que se ofrecen de taxistas el hermano recorre la ciudad de Valencia. Que si una reunión de la Junta de la Asociación Valenciana de la Caridad, que si una horas con los toxicomanos que se rehabilitan en Proyecto Hombre, que si ahora me voy a tal casa para recoger esa ropa que no quieren o esa cuna, para después llevar unas bolsas de comida a los pobres del Barrio del Carmen o visitar una familia que vive en las chabolas del barrio de la Fuensanta y mañana a Barcelona para recoger fondos, ah y por la noche a casa a pie desde la estación de autobuses, que no hay dinero para un taxi. ¿Pero, no es peligroso andar a esas horas con dinero por el barrio del Carmen?, claro que lo es, hace dos años me dieron una paliza tal que tengo que andar con muletas. Pero él sigue, por que no es suficiente con ayudar a los pobres de Valencia, hay que colaborar con la misión de la Mosquitia, en Honduras, donde se recuperan de los efectos del Mitch. ¿Y ya está?, no por su puesto, el hermano Bonet a fundado la Casa de los Amigos, situada en pleno Cabañal. Allí atiende a los más abandonados de la noche, aquellos que le trae la policía y que son víctimas del alchol, las drogas, la locura,..., Ese es el hermano Bonet, un jesuita que como la madre Teresa se dedica en Valencia a ayudar a los demás. Pero lo mejor de todo es su edad, 81 primaveras ha cumplido y a pesar de ello sigue llevando con gran humildad el amor hacia los pobres.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario