Amigo oyente:
Ayer fue realmente un día triste. La muerte nos arrebató a dos personas buenas. Antonio Ferrandis y el médico----------.
Al primero le conocemos todos, valenciano universal, nacido en la vecina ciudad de Paterna, siempre se sintió orgullo de su valencianía, allá por donde fue presumió de ello. Él fue uno de los pocos españoles que han conseguido entrar en el olimpo del cine, ganando un oscar con José Luis Garci y Volver a empezar. Pero el éxito de Antonio Ferrandis no le vino por el cine sino gracias a la televisión y la popular serie Verano Azul. Desde entonces Antonio fue conocido como Chanquete, el viejo marinero capaz de sintonizar con un grupo de chavales que en Nerja pasaban el verano. ¡Cuantas escenas han quedado en el recuerdo de quienes por entonces eramos niños!, fue el abuelo de todos, simpatico y acogedor, profundo y conocedor de la vida y siempre con esa mirada triste del marinero solitario que lo fue en la serie y en la vida real. Y Chanquete murió y todos le lloramos áquel día cuando mirando al mar cerrábamos los ojos y sentíamos en nuestro corazón la ternura del amigo.
Pero Antonio Ferrandís fue mucho más, fue un hombre profundamente creyente, y así le encontré una mañana, cuando me acerqué a la Basílica para asistir a misa. Lo recuerdo muy bien. El sacerdote, D. José Soler, se sentó y de repente se levantó Antonio de entre el pueblo, se dirigió al ambón y bajo la atenta mirada de la Mare de Deu dels Desamparats proclamó la primera lectura y el salmo. Pocos se sorprendieron, pues fácilmente se veía que no era la única vez que leía. Después fue a comulgar y se marchó. Aquel día fue muy especial por ello, me encontré con Chanquete.
Antonio se marcha y seguro que la Mare de Deu, de quien era gran devoto le habrá preparado un buen sitio, a nosotros nos deja la pena de su partida y el recuerdo inmortalizado en sus películas y en su personaje.Y fue en Verano Azul donde se popularizó aquella canción no nos moverán, del barco de Chanquete no nos moverán, ... y hoy, cuando estemos en silencio en la plaza del ayuntamiento nos uniremos a Chanquete que desde el cielo cantará aquella canción, no nos moverán aunque nos maten y nos persigan, no nos moverán de nuestros ideales de paz y democracia, no podrán quitar el barco de la libertad para edificar aquí el rascacielos del odio y el racismo.
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