domingo, 30 de marzo de 2008

16-VI-01. 800 programas

Amigo oyente:
Y ya van ochocientos programas. ¡Quién lo iba a decir! La verdad, asusta esta cifra y parece imposible, ochocientos espacios en los que día tras día la radio ha estado junto a nosotros, entrando en los hogares de Ribarroja voces amigas y conocidas, las voces de Alex, Gema, Paco Miguel, los colaboradores y las más importantes de todas, vosotros.
Pero no sólo eso, hemos de reconocer que no es nada fácil sentarse ante el micrófono y tener que decir algo durante tres o cuatro horas, no es fácil crear programas, animar tertulias, montar concursos.
Personalmente confieso que mi experiencia en aquel 1 de Julio en que emitimos el programa número uno fue en primer lugar mágica, poder sentarse ante un micrófono y hablar por él, me asustaba como asusta a cualquier persona, el estudio impresiona, a la vez que sorprende, se realizaba mi sueño de infancia, poder emitir por radio, poder ir por las ondas, algo inaudito y que comenzó en el Institut cuando nació la amistad, en aquel octubre de 1995 con el entonces director de la Classe, Alejandro Ferrer, amistad que fue consolidándose en el bar Mateu y las desaparecidas comidas de los viernes con Salva Tos y después en casa de Jesús. Por entonces Alex nos hablaba de su proyecto, de la radio que llevaba en mente. Y llegó el día, bien saben los oyentes que no es para tanto, la radio lejos de asustar da tranquilidad, paz, uno ante el microfono se siente cerca del oyente, es un mundo de dialogo sereno.
Y así surgieron los minutos, mas de trescientos retos, el reto de sentarse junto al ordenador unas veces, otras con prisas como este minuto, mientras los chavales esperan coger este ordenar y el tiempo se echa encima, unas veces inspirado otro dejando que la hoja te inspire, unas en casa de noche y otras deprisa delante de Alex ante el micrófono. Minutos en el estudio, otros en Montiel, los ha habido escapado de una reunión, o en las fiestas de san Miguel, un montón de anécdotas y lo mejor, al final salió la cosa.
Aún así concluyo con un homenaje a quienes se sientan en las tertulias a hablar, fue la parte negativa, es difícil hablar de un tema y sin embargo ahí están, ochocientos espacios y ochocientas razones para seguir en la radio, para seguir entrando en el Ribarroja.

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