viernes, 22 de febrero de 2008

Oraciones para el campamento Siete Aguas 2000

DÍA PRIMERO. LOS APÓSTOLES: SANTIAGO

ANGELUS.

Meditación:
Cuentan los evangelios que Santiago y Juan le pidieron a Jesús sentarse uno a su derecha y otro a su izquierda, indignándose los otros diez apóstoles.
Comentaba san Juan Crisóstomo: “Ya veis cuan imperfectos eran todos, tanto aquellos que pretendían una precedencia sobre los otros diez, como también los otros diez que envidiaban a sus colegas. Pero –como ya dije en otro lugar- si nos fijamos en su conducta posterior, observamos que están ya libres de esta clase de aspiraciones. El mismo Juan cede siempre el primer lugar a Pedro, tanto en la predicación como en los milagros. En cuanto a Santiago, no vivió por mucho tiempo; ya desde el principio se dejó llevar de su gran vehemencia y, dejando a un lado toda aspiración humana, obtuvo bien pronto la gloria inefable del martirio.

ORACIÓN DE LA NOCHE.

Examen de conciencia: cada uno piensa en aquello que ha hecho mal en este primer día de campamento.

Salmo:

En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti.
Indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.

Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.

Meditación:
Señor el día ha concluido. Es el primero del campamento y en él me he encontrado con muchas cosas. Quizás las primeras impresiones hayan sido positivas, saldrá mejor de lo que esperaba, que diez días me voy a pesar más fenomenales, o quizás hayan sido negativas, ya sólo quedan nueve.
Pero esta noche lo que importa es que me he encontrado con el Apóstol Santiago, contigo y con mis hermanos, he descubierto que en la vida hay que apasionarse por algo que valga la pena y tú lo vales.

Oración:
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos han visto a tu salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos.
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.



DÍA SEGUNDO. LOS MÁRTIRES: S. VICENTE.

ORACIÓN DE LA MAÑANA.

- En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Monición:
Comenzamos el segundo día de campamento. Hoy, además del tema y las actividades, vamos a encontrarnos con los mártires, aquellos hombres y mujeres que en los primeros siglos murieron por Cristo a manos de sus verdugos, los gobernadores romanos. Por ello vamos a recordar un mártir que murió en Valencia, san Vicente, también conocido como Sant Vicent de la Roda. Él es el patrono de la juventud valenciana.

El santo del día:

San Vicente, con san Lorenzo y Esteban pertenece al grupo de los tres grandes diáconos mártires de la Iglesia Perseguida. Vicente descendía de una familia consular de Huesca. Fue diácono del Obispo san Valero, a quien acompañaba en sus tareas pastorales.
Con la llegada del Emperador Diocleciano comienza la más cruel de las persecuciones. Son tiempos duros para los cristianos, San Cucufate y Santa Eulalia son martirizados en Barcelona, San Sebastián en Roma y así cientos de cristianos.
Daciano llega a Zaragoza y allí manda detener al obispo y a su diácono y trasladarlos a la ciudad de Valencia. En la ciudad del Turia celebra el primer interrogatorio, Vicente responde con valentia y es torturado en el potro, su cuerpo es desgarrado, posteriormente enviado a un calabozo oscuro y siniestro, de allí es arrastrado por la actual calle de san Vicente hasta morir y ser arrojado al mar.
La devoción al santo es grande en la ciudad de Valencia y lo fue en toda la cristiandad, a la ciudad acudian los peregrinos como hoy visitan Santiago. En ella se conservan los lugares vicentinos: la cárcel, la cripta, el brazo,...

Salmo:

Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha.

Guardame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme
de los malvados que me asaltan,
del enemigo mortal que me cerca.


ÁNGELUS.
Meditación:

San Agustín admiró mucho a nuestro santo valenciano y así predicaba en el día de su fiesta: “¿Por qué admiramos, pues, amadísimos hermanos, de que Vicente venciera en aquel por quien había sido vencido el mundo? En el mundo -dice- tendréis luchas; se lo dice para que estas luchas no los abrumen, para que en el combate no sean vencidos. De dos maneras ataca el mundo a los soldados de Cristo: los halaga paa seducirlos, los atemoriza para doblegarlos. No dejemos que nos domine el propio placer, no dejemos que nos atemorice la ajena crueldad, y habremos vencido al mundo.


ORACIÓN DE LA NOCHE.

Examen de conciencia:
- ¿Qué es lo primero para mí, Dios o mi persona?
- ¿Sitúo a Dios en el centro de mi vida?
- ¿Estoy dispuesto a morir por Cristo renunciando a aquello que él prohibe?
- ¿Qué estoy dispuesto a darle a Cristo a favor de los demás?

Salmo:

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.

Meditación:
Señor, concluye el segundo día y en él han sido muchas las cosas que he aprendido y la más importante de todas, a convivir con los demás.
La verdad es que me ha costado entender a los mártires, dejarlo todo y morir teniendo un buen futuro. Ayúdame a estar dispuesto a morir por ti si llegase el momento, pero ayúdame a ese otro martirio, más difícil, el morir cada día por ti a favor de los demás, el ceder, el dar, el amar sin límites, el perdonar, el renunciar, el compartir,...

Oración:
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos han visto a tu salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos.
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

DIA TERCERO. LOS SANTOS PADRES: SAN AGUSTÍN.

ORACIÓN DE LA MAÑANA.

- En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Monición:

Cerrad los ojos y descubriréis que en vuestro interior hay un ser que piensa y reflexiona, que ama y cree, que busca la coherencia entre la fe y la razón, el diálogo entre el Evangelio y la manera de pensar actual. Pues esa mina es la que explotaron los Santos Padres. Hombres sabios buscaron dialogar con la filosofía griega y romana, hacer comprensible la fe procedente de la cultura hebrea para la cultura clásica. Y entre ellos destacó San Agustín, una vida muy en sintonía con la manera de ser vuestra, un gran vitalista que se enganchó a Cristo después de buscar disfrutar de ella y no encontrar la plena satisfacción.

El santo del día:
San Agustín nació al norte de África, en Tagaste. Su padre, Patricio, era un pagano de temperamento violento, su madre, Mónica, una mujer cristiana que consiguió convertir a su esposo al final de la vida de este.
El joven Agustín se dejó arrastrar por las costumbres de la época, un tiempo de decadencia. Así nuestro santo vive a su aire y estudia retórica y a los latinos (Ciceron, Virgilio,...). El mismo cuenta que loloraba leyendo en Virgilio la muerte de Dido, mientras abominaba la Biblia, horriblemente duras e incultas. De allí pasó a Cartago donde se hizo maniqueo. Éstos consideraban que en el mundo se encontraba el mal y el bien, el cuerpo pertenecía al mundo del mal y el espíritu a la realidad del bien. Decepcionado se refugió en el escepticismo y finalmente en Milán, gracias a las homilías de san Ambrosio y las lágrimas de su madre aceptó el bautismo. Muerta su madre volvió a África con su hijo ilegítimo Adeodato. Tres años después fue ordenado sacerdote en Hipona y elegido por aclamación de los fieles.
Agustín ha encontrado su lugar en la Iglesia y se entrega como lo hizo con todo, de lleno y apasionadamente. Comenta los Salmos y la Biblia, administra la justicia y los bienes de su diócesis, responde a las cartas que le llegan de todas partes, disputa con los herejes, maniqueos, donatistas y paganos.
En el año 398 escribe el libro más conocido, las Confesiones, en ellas relata su vida, desde el encuentro con el Dios de la misericordia. También escribe un libro fundamental en la Edad Media, La Ciudad de Dios.
El año 430 muere mientras los vándalos asediaban su ciudad.

Salmo:

Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua.

El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor.
El que así obra nunca fallará.

ANGELUS.

Meditación:
San Agustín no tuvo miedo de contar su mala vida y su conversión en el libro Las confesiones, así lo expresa: “Tarde te amé, Hermosura tan antigua y nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.

ORACIÓN DE LA NOCHE.

Examen de conciencia:
- ¿Qué he hecho mal durante el día?
- ¿He hecho daño a alguien?
- ¿He controlado mi lengua a la hora de hablar de los demás?
- ¿Busco la justicia en mis relaciones con los otros o más bien mi propio interés?
- ¿De qué tengo que arrepentirme respecto de mi vida pasada?

Salmo:

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo
inclina tu oído hacia mí;

Ven a prisa a librarme,
sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y baluarte.

A tus manos encomienod mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.

Meditación:
Señor, el día llega a su fin. La verdad es que la comida ha estado muy bien y no te digo la piscina. Nos levantamos cansados, porque ya sabes, la noche,... y ahora también lo estoy, al menos hasta que me encuentre en la tienda.
Me ha gustado eso de conocer a ese santo, Agustín. Que vitalista, le gustaba hacer lo que le diese gana hasta que descubrió que la felicidad está en encontrarse a Dios, pues quien se busca a sí mismo acaba perdiéndose.

Oración:
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos han visto a tu salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos.
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

DÍA CUARTO. LOS MONJES: SAN BENITO.

ORACIÓN DE LA MAÑANA.

- En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Monición:

Queridos amigos. Un nuevo amanecer en este desierto que representa el campamento, un lugar apartado del ordenador, internet y el chat, la televisión y las teleseries, el Cojo y los recreativos, nuestros padres y amigos.
Y hoy vamos a encontrarnos con el desierto, entendido este, no en sentido físico de tierra sin vegetación, sino en el sentido espiritual de lugar apartado del mundo para así encontrarse con Dios. En el desierto viven los monjes, los hay de muchas ordenes y congregaciones: eremitas, camadulenses, jerónimos, cartujos,... y de entre ellos destacan los benedictinos con sus ramas, negros o clunyacenses, blancos o cistercienses, trapenses,... Ellos fueron fundados por el santo del día: San Benito Abad.

El santo del día:
Nos encontramos a finales del siglo V. Un joven estudiante en Roma oye la voz del Señor y dejándolo todo sigue a Cristo. Para ello, imitando a los antiguos monjes, se marcha a vivir con Dios en la soledad de una cueba de Subiaco. Al cabo de tres años decide compartir su vida con otros jóvenes que se acercaban a él, fundando allí varios monasterios, que organiza y dirige. Años después se traslada a Montecasino donde funda el Monasterio más importante de la orden. Es allí donde escribe la Regla para los monjes, ésta constituye aún hoy la horma de vida para todos los monjes del mundo.
La Regla ordena toda la vida de los monjes, orientándola hacia la oración, encuentro personal e íntimo con Dios y constituye un instrumento poderoso para transformar lso corazones de quienes la practican.
Inspirados en la Regla los monjes clunyacenses buscaron manifestar por medio de la liturgia, el trabajo manual y la limosna, su búsqueda de la Belleza de Dios. Los cistercienses acentuarán la austeridad en la liturgia y el trabajo manual. Mientras los trapenses se caracterizarán por el voto de silencio.

Salmo:

Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia,
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes,
sobre arpegios y cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor
que profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.

ANGELUS.

Meditación:

Aconseja san Benito a sus monjes en la Regla de este modo:
Cuando emprendas alguna obra buena, lo primero que has de hacer es pedir constantemente a Dios que sea él quien la lleve a término, y así nunca lo contristaremos con nuestras malas acciones, a él, que se ha dignado contarnos en el número de sus hijos. Este es el celo que han de practicar con ferviente amor los monjes, esto es: esrtimando a los demás más que a uno mismo; soporten con una paciencia sin límites sus debilidades, tanto corporales como espirituales; pongan todo su empeño en obedecerse los unos a los otros; procuren todos el bien de los demás, antes que el suyo propio; pongan en práctica un sincero amor fraterno; vivan siempre en el temor y amor de Dios; amen a su abad con una caridad sincera y humilde; no antepongan nada absolutamente a Cristo, el cual nos lleve a todos juntos a la vida eterna.

ORACIÓN DE LA NOCHE.

Examen de conciencia:
- ¿He cumplido mis obligaciones durante este día en los servicios y comedor?
- ¿Con qué compañero no he tenido paciencia hoy?
- ¿He sido soberbio respecto de los demás?
- ¿He practicado la humildad?
- ¿Cómo he estado en la oración de la mañana, el ángelus y la misa?

Salmo:
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: “Tú eres mi bien”.
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Oración:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.

Ea pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotos esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

DÍA QUINTO. LOS RELIGIOSOS: SAN FRANCISCO DE ASÍS.

ORACIÓN DE LA MAÑANA.

- En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Monición:

Nos encontramos en el ecuador del campamento. Es el quinto día. Aquí sumergidos en plena naturaleza, rodeados de árboles y viñedos, bajo la atenta mirada de la Nevera y las sierras lindantes. ¡Es hermosa la naturaleza! Nos sitúa ante la propia pequeñez, nos exige la responsabilidad en el respeto y cuidado de sus plantas y árboles. Ella constituye la mejor alabanza al Creador. El santo de hoy lo entendió así, su nombre, Francisco de Asís.

El santo del día:

Nos encontramos en 1182, un niño nace en el pueblo de Asís, hijo del comerciante Pietro Bernardone y Madonna Pica. Veinte años más tarde le encontramos luchando contra los de Perusa en la batalla de Collestrada, allí cae prisionero. Un año después es liberado, regresando a Asís y sufriendo una larga enfermedad. A sus veintitres años la vida de Francisco cambia, tiene un misterioso sueño, en él le invitaba a seguir al amo más bien que al siervo y en la ermita de san Damian el crucifijo le pide que vaya a repaar la iglesia que estaba arruinándose por completo. Cambia su vida, ante el obispo, desnudo renuncia a los bienes paternos y a la familia y se entrega a la restauración de las ermitas de san Damian y de la Porciúncula. Es allí, mientras escucha el evangelio del envío de los discípulos en misión donde descubre su vocación. Reune entorno a sí el primer núcleo de la Orden de los Hermanos Menores, cuya norma es seguir el evangelio tan como lo vivió Cristo. Una muchacha de dorados cabellos se une al grupo, se llama Clara y bajo la guía de Francisco funda las Damas Pobres de San Damian. Francisco trata de vivir el evangelio. Al final de su vida, en el monte Alvernia, el 14 de septiembre de 1224, mientras se encontraba en oración recibe los estigmas de Cristo. Herido de amor, enfermo y casi ciego, compone el Cantico de las criaturas. Con tan solo cuarenta y cinco años, totalmente agotado, tendido, desnudo en su Porciúncula muere Francisco.

Salmo:

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Augas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Solo y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocios y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.


ÁNGELUS.

Meditación:

Donde hay caridad y sabiduría, allí no hay temor ni ignorancia.
Donde hay paciencia y humildad, allí no hay ira ni perturbación.
Donde hay pobreza con alegría, allí no hay codicia ni avaricia.
Donde hay quietud y meditación, allí no hay preocupación ni vagancia.
Donde está el temor de Dios para custodiar su atrio, allí el enemigo no puede tener un lugar para entrar.
Donde hay misericordia y discreción, allí no hay superfluidad ni endurecimiento.

ORACIÓN DE LA NOCHE.

Examen de conciencia:
- ¿Acepto las contrariedades con paciencia y humildad?
- ¿Soy codicioso o envidioso?
- ¿Acepto el que no tenga tantas cosas como los demás con alegría?
- ¿Dedico tiempo al silencio a fin de encontrar la serenidad necesaria para vivir?
- ¿Soy vago y ocioso?
- ¿Trato a Dios como Padre, esto es con respeto?
- ¿Soy superficial?
Salmo:
Todo el día te estoy invocando,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracia?

¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
?Se conocen tus maravillas en la tiniebla,
o tu justicia en el país del olvido?

Pero yo te pido auxilio,
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.

Meditación:
Señor, el día ha concluido y ha sido una oportunidad para encontrarme con san Francisco. Él fue un hombre bueno que irradió bondad y que sólo hizo una cosa en su vida, amar como tu amas y preocuparse por aquellos por los que tu te preocupas, los pobres, respetando la naturaleza.
En esta noche sólo te pido que me ayudes a tener la sensibilidad que Francisco tuvo, a buscarte a ti por encima de las cosas y el servicio más allá del poder.

Oración:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.

Ea pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

DÍA SEXTO. LOS MÍSTICOS ESPAÑOLES: SANTA TERESA DE JESÚS.

ORACIÓN DE LA MAÑANA.

- En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Monición:

Ya quedan menos días de campamento, vamos concluyendo este tiempo de encuentro con uno mismo, los demás y la naturaleza, de descubrimiento de la presencia de Dios en estos lugares. Y hoy vamos a conocer otro santo, en este caso una santa española, toda una mujer, se llamaba Teresa y fue capaz de reformar el carmelo.

El santo del día:
Teresa de Cepeda y de Ahumada nació en Ávila en 1515. Fue desde siempre una gran lectora, así se aficionó pronto a las vidas de santos. Estas lecturas le llevaron, con tan solo siete años, a escaparse con su primo a tierra de moros a fin de ser decapitada. En su adolescencia se aficionó a las novelas de caballería. Y de ellas se acercó a las Cartas de san Jerónimo. Éstas avivaron en la joven avulense la vocación contemplativa. Con veinte años entra de monja en el carmelo de la Encarnación. Tras una enfermedad en la que estuvieron a punto de enterrarla viva y la lectura de las Confesiones de san Agustín decidió dedicarse de lleno a la oración, abandonando el carmelo e iniciando la reforma de éste. Con un pequeño grupo de monjas aplica la Regla primitiva de la orden carmelitana a ejemplo de los primeros padres del carmelo. Con el fraile poeta Juan de la Cruz emprende esta tarea, no exenta de oposición por parte de sus antiguas hermanas y de muchos que recelaban. Son tiempos en los que Teresa camina por Castilla fundando monasterios, al tiempo que experimenta los éxtasis místicos que le llevan a contemplar a Dios. De ella es la bonita frase "sólo Dios basta".

Himno:
Vuestra soy, para vos nací:
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme muerte, dadme vida,
dad salud o enfermedad,
honra o deshonra me dad,
dadme guerra o paz crecida,
flaqueza o fuerza cumplida,
que a todo digo que sí:
¿Qué queréis hacer de mí?

Dadme riqueza o pobreza,
dad consuelo o desconsuelo,
dadme alegría o tristeza,
dadme infierno o dadme cielo,
vida dulce, solo sin velo,
pues del todo me rendí:
¿Qué mandáis hacer de mí?

ANGELUS.

En el libro de su vida nos habla así Teresa:
¿Qué más queremos que un tan buen amigo al lado, que no nos dejará en los trabajos y tribulaciones, como hacen los del mundo? Bienaventurado quien de verdad le amare y siempre le trajere cabe de sí. Miremos al glorioso san Pablo, que no parece se le caía de la boca siempre Jesús, con quien le tenía bien en el corazón. Yo he mirado con cuidado, después que esto he entendido, de algunos santos, grandes contemplativos, y no iban por otro camino. Siempre que se piense de Cristo, nos acordemos del amor con que nos hizo tantas mercedes y cuán grande nos le mostro Dios en darnos tal prenda del que nos tine: que amor saca amor.

ORACIÓN DE LA NOCHE.

Examen de conciencia:
- ¿Asumo que pertenezco a Dios o más bien vivo independientemente de Dio?
- ¿Acojo con gratitud todo lo que Cristo ha hecho por mí?
- ¿Espero sólo de Dios cosas buenas?
- ¿Acepto las enfermedades y flaquezas que trae la vida?
- ¿Me interesa Dios por lo que me pueda dar o más bien por que él es mi Creador y yo su criatura?

Meditación:
Muchas veces creemos que los santos fueron personas que lo tuvieron fácil, su cercanía a Dios les llevó a no tener dificultades. Eso es falso. Precisamente por acercarse a Dios se complicaron la vida. Hoy nos hemos encontrado con Teresa de Jesús, ella nos enseña a buscarle no para que nos resuelva los problemas sino para tener fuerza y luz a fin de enfrentarnos a ellos.



Oración:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.

Ea pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

DÍA SEPTIMO. LAS SOCIED. DE VIDA APOSTÓLICA: S. VICENTE DE PAUL.

ORACIÓN DE LA MAÑANA.

- En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Monición:

Llevamos ya una semana de campamento, en este tiempo hemos caminado a lo largo de la historia del cristianismo, marcada por hombres y mujeres que siguieron el Evangelio de Jesucristo. El Evangelio nos lleva a amar a Dios y al prójimo, a considerar al primero como Padre y al segundo como hermano, especialmente a áquel que nada tiene. El santo de hoy fue un buen sacerdote que tuvo claro que su vida era para los demás.

El santo del día:
Vicente de Paul había nacido cerca de los Pirineos, hijo de una familia de humildes labradores. A los diecinueve años fue ordenado sacerdote. Sus primeros años discurren en París, como prisionero en Túnez, como párroco cerca de París, preceptor de una familia de la alta aristocracia y como capellán en las galeras. Aquí trató de confortar a los prisioneros. Concluida su labor con los galeotes marcha a París. El encuentro con los pobres le lleva a fundar las Confraternidades de la Caridad, gérmen de la Compañía de las Hijas de la Caridad. Posteriormente funda la Congregación de la Misión, formada por sacerdotes y hermanos entregados de lleno a las misiones a favor de los campesinos y formación intelectual y moral del clero,. Con santa Luisa de Marillac funda las Hijas de la Caridad.

Salmo:
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos,
sustenta al huérfano y a la viuda,
y trastorna el camino de los malvados.

ANGELUS.

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